Hace algunos meses en consulta, mientras debatíamos racionalmente sobre los celos y las relaciones de pareja, una paciente me lanzó una pregunta directa a la yugular:
PACIENTE: Jose Manuel, ¿a ti te gustaría que mientras nosotros estamos charlando, tu pareja estuviese en tu casa follando con otra persona?
YO: Sinceramente, preferiría que me sorprendiese con un tomatito aliñao para cenar, pero te aseguro que el suceso que comentas, no me preocupa ni me ha preocupado jamás lo más mínimo.
PACIENTE: Pero Jose Manuel, eso lo dirás porque tienes confianza plena en tu pareja.
YO: Es una posibilidad, si bien, no pondría, ni necesitaría poner la mano en el fuego por ninguno de los supuestos. Quiero decir, que podría seguir con mi vida sin rencor si se cumple lo que dices, al igual que voy a irme a la cama casi seguro sin comerme un tomate aderezado a no ser que yo me lo prepare.
PACIENTE: No te comprendo Jose Manuel, ¿quieres decirme que te daría igual pillar a tu pareja con otra persona en la cama? Eso lo dices porque debes tener una relación abierta.
YO: A día de hoy, desconozco si tengo una relación abierta, de ser así, aún no se me ha comunicado. Estoy completamente a favor del sexo libre consensuado y todas sus neo variantes, si bien no es mi caso.
PACIENTE: Entonces, esto me lo dices porque eres el psicólogo, pero no creo que lo sientas de verdad.
YO: No pretendo convencerte de nada, pero si me gustaría mostrarte que existe otra posibilidad. Todo radica en la seguridad que tengas en ti misma.
PACIENTE: yo en mi sí que confío, ¡del que no me fio es del hijo puta de mi novio que es un flamenco!
YO: pues confiar en ti es más que suficiente. Quien se sabe justo, sereno y cabal, cree firmemente en su propia capacidad de afrontamiento para sobreponerse a los problemas. Y una infidelidad, en definitiva, no es más que una contingencia adversa sobrevenida, que ha sido culturalmente dramatizada de forma irracional. Además, que te pongan los cuernos no es tu responsabilidad, más bien es algo que deberá elaborar y perdonarse a sí misma la persona que lo hace, que, por otra parte, te está poniendo en bandeja de plata la decisión de cambiar de rumbo…
El tema de los celos es algo más complejo que una duda adolescente en el seno de relaciones fervorosas y efervescentes. Compartiremos algunas preguntas en voz alta que nos ayudarán a reflexionar sobre el tema, pero antes de dispersarme, anticipemos una conclusión innegociable: en esta vida, NADIE ES PROPIEDAD DE NADIE.
¿Es necesario que tu pareja te demuestre constantemente que eres su prioridad para sentirte querido y seguro con tu relación?
De entrada, no es necesario que seamos la prioridad de nadie para sentirnos amados, basta con ser una libre elección o preferencia frecuente para vivir una relación de pareja saludable. Es maravilloso que alguien que NO te necesita, te elija para estar contigo voluntaria y desinteresadamente. Disfruta los momentos del día o de la semana que te dedica, pero ten en cuenta que más allá de la relación contigo, tiene una vida, igual que debes tenerla tú, y es sano y necesario que de vez en cuando, tengáis otras preferencias. Es muy romántica la idea de fundirse en UN solo SER, pero es absolutamente disfuncional cargar o exigir a otra persona la responsabilidad de ser nuestro salvavidas.
¿Necesitas pruebas y ejercicios de fe para poder confiar?
Pues vas jodido. Apostaría a que en el 100% de los teléfonos móviles del planeta, existen indicios, restos, o evidencias, que fuera de contexto y en manos ajenas, pueden malinterpretarse y llevar a discusiones o divorcios con extrema facilidad. Solución: ¡jamás curiosees sin permiso el teléfono de tu pareja! Es una acción en la que siempre tendrás mucho que perder y NADA que ganar. Si lo has hecho alguna vez, o sientes la necesidad de hacerlo, TIENES UN PROBLEMA. La seguridad en tu novio no la conseguirás jugando a la Gestapo. Parece sencillo y suena redundante, pero la confianza en el otro tiene su base en tu propia seguridad en TI mismo. Somos animales gregarios y vivimos en la era de las Redes Sociales, es absolutamente imposible e ilógico no interactuar. Si necesitas pruebas de fe constantes para poder confiar, quédate SOLTERO y trabaja tu autoestima, pero no le fastidies a nadie la existencia.
¿Te molesta que tu pareja salga sin ti, mire a otras personas, o haga un cumplido sobre alguien atractivo?
Como diría un buen amigo y psicólogo, pasar por delante de un obrador, contemplar y salivar ante los pasteles, no significa saltarse la dieta. Del mismo modo, volver el cuello y mirar a una persona que nos parece atractiva, no significa que nos la queramos llevar a la cama. Es más, incluso fantasear con llevarse a alguien a la cama, tampoco es igual que llevárselo. Si eres una persona celosa, voy a inquietarte con la próxima idea, pero es hora de que comprendas y aceptes, que por mucho que te empeñes egoístamente en dirigir y controlar los actos de tu pareja, nunca podrás evitar que de vez en cuando haga el amor contigo mientras piensa en otra persona. Casi seguro, tú también lo habrás hecho alguna vez (yo no porque soy el psicólogo).
Me gustaría ayudar a descubrir a quienes sufren por celotipia, que los celos en la pareja nunca son buenos, y que una manifestación celosa, NO es una señal de amor intenso. Compartiré algunas ideas, que, sin ser verdades incuestionables, son opiniones personales que me ofrezco a debatir con toda aquella persona que lo desee:
- Los celos mantenidos en el tiempo no estarían justificados ni aun teniendo motivos reales para desconfiar. Si te ponen los cuernos tienes dos opciones: o perdonas de verdad y pasas página sin asperezas, o te empoderas, lo afrontas y cambias de libro. Pero no es una opción martirizarte ni someter a la persona infiel. Si en el ejercicio libre de sus derechos y apetencias ha considerado acostarse con otra persona, concedemos unas horas para patalear y encajar el golpe, pero a partir de ahí, lo asumes y reorganizas lo que dependa de ti sin hostigar a la otra parte.
- Nadie tiene derecho sobre nadie para poseer o dictar lo que se debe sentir. Ni siquiera un hijo debe considerarse una propiedad. Durante una serie de años, éste será nuestra responsabilidad, pero nunca una pertenencia sobre la que tengamos plenos poderes vitalicios para decidir o manejar. No puedes obligar a nadie a quererte. Si alguna vez lo has pretendido, quizás debas empezar por quererte a ti mismo un poco más. Muestra tu mejor versión al mundo desde el respeto y el fomento de las libertades, y si haciéndolo así no consigues que te quiera quien te gustaría, te resignas, lo integras, te trabajas tus inseguridades, y te centras en otros objetivos, pero nunca es una opción volcar en otra persona tu frustración con chantajes y coacciones. Procura que tu pareja te quiera por lo que eres, no por lo que exiges.
- Dar pena no es una opción. ¡QUIÉRETE!, pero quiérete bien y de verdad, con tantas ganas que no necesites el amor de una pareja PARA RESPIRAR. Solo así, podrás compartir con alguien tu mejor TÚ, queriendo bien, y dejando que te quieran libremente. Mendigar caricias, suplicar sentimientos y reclamar atención, es el chantaje propio de la frustración y la falta de recursos.
- Facilita que tu pareja viva y descubra cosas sin reservas. De nada te sirve obsesionarte y limitar la vida social de tu novia para evitar que caiga en posibles tentaciones. Sería aburridísimo que el Real Madrid ganase todos los años la Liga de Campeones jugando contra el Barakaldo, el Sestao o el Portugalete. Pues eso, si quieres disfrutar de un amor libre, auténtico, y con una base saludable, debes fomentar que tu pareja haga lo que tenga que hacer, como le venga en gana y como lo necesite a cada momento sin excepciones. Si, sin excepciones. Y es más, debes hacerlo sabiendo que ahí fuera, siempre habrá alguien objetivamente más guapo que tú, más inteligente, con más dinero, más divertido, más interesante y que le dé más morbo. ¡Y NO PASA NADA! Si tu pareja te eligió y llegó hasta ti por voluntad propia, deja que voluntariamente se quede, te quiera o se vaya. Si no eres capaz de valorar o respetar su felicidad, está claro que algo ya no funciona.
En definitivas cuentas, igual que a veces estaría bien que existiese el carnet de padres, también deberían validarse ciertas aptitudes previas para el buen amante. Aunque suene a tópico, NADIE debería sentir que se muere por NADIE. Amar NO es poseer, ni restringir, ni condicionar. Querer es liberar, facilitar, cuidar y NO NECESITAR. No aprietes ni exijas tanto, que nadie vive para ser tuya. Si te da miedo que te rayen el coche, no uses un coche caro. Si no le vas a quitar al Iphone la pegatina de protección, no te compres un Iphone, y si te atormenta la idea de que tu pareja pueda enamorarse de otra persona, quédate soltero.
6 comentarios en «Celos»
Me encanta!!! Totalmente de acuerdo
Muchas Gracias! me alegra que te haya gustado!
Gracias por regalarnos reflexiones sobre este tema tan arraigado culturalmente.
Quiero dejar una pregunta en el aire:
Si a la altura del siglo que estamos con la evolución que ello supone, si presumimos de tener la juventud más preparada de la historia, si tenemos la inmediatez de todos los conocimientos al alcance de la mano…”¿Por qué los celos y la agresividad, que a veces le acompañan, son realidades que vemos cada día con más frecuencia?”
Muchas gracias por tu aportación e interesante reflexión Ana. No tendría la respuesta definitiva a esto que expones, pero si que me acabas de dar una idea para uno de los siguientes post!! Estoy seguro que cuando lo leas, sabrás cuál es, un abrazo!
Super bueno!! Que verdad
Muchas gracias Ángeles!!