Hace unos meses, cuando me estaba preparando psicológicamente para lo que dicen que es la crisis de esta etapa, leí en un libro de Gregory Cajina, que los años son un constructo teórico creado culturalmente. Gracias a la ciencia, sabemos que la tierra tarda un año en dar la vuelta al sol. Esto es así, porque en algún momento, alguien determinó que un año fuesen 365 días y que un día tuviese 24 horas. Si en lugar de esto, hubiésemos considerado necesarias dos vueltas de traslación de la tierra (730 días) para poder contar un año, la crisis sería a los 20. De esta forma, con 10 años estaríamos haciendo botellones, y con mi edad actual estaría viajando y flirteando con las señoras del IMSERSO.
Si aún no rondas los treinta y muchos, puedes guardar el texto y rescatarlo cuando pasen unos años. Aunque ahora lo veas lejano, también te caerán.
Tener 40 son muchas cosas. Es moverse en la ambivalencia entre pensar que los únicos años que tenemos son los que nos quedan por vivir, o como argumentaba Viktor Frankl cuando hablaba de logoterapia, sentirse más orgulloso por las realidades del pasado, que por las posibilidades hipotéticas que aún están por venir. Además, esta edad, te brinda la posibilidad de divagar profundamente sobre estas movidas, mientras te arrancas a pellizcos los pelitos que te crecen en las orejas.
Tener 40 es comprender cosas que solo puedes comprender cuando tienes 40, por mucho que los mayores intentasen contártelo antes. Es sentirse un espíritu de 18 con 22 años de experiencia, pero también es recordar la última resaca antes de salir a quemarropa. Es cambiar Giorgi por Minoxidil, notarte entradas e injertarte pelo, o perder el cabello y raparte la cabeza. Es seguir disfrutando en los festivales de verano con la cara llena de purpurina, pero siempre habiendo aplicado antes una capita de serum. Es no conservar abuelas ni abuelos, y descubrir de pronto que tus padres no serán eternos. Es sentirte culpable cuando no tienes con ellos la paciencia que te gustaría, y es preocuparte más por su felicidad en el coro, que por tu renovación en el trabajo. Es calentar biberones y explicar ecuaciones de segundo grado, pero también es volver a Meetic y descubrir que ya no enlazas con personas de 25. Tener 40, es conocer el sexo de una forma mucho más espiritual, pero también es asumir, que ahora, como José Tomás, tienes tus días. Es ver a tus amigas las casadas de navidad en navidad, pero también cerrar garitos cada fin de semana con la nueva remesa de compañeras divorciadas. Es ejecutar un alquiler con derecho a compra, y es ir a casa de tus padres por los tuppers que siempre te guardan. Los 40 son los retoques estéticos justo cuando más te importa una mierda lo que piensen los demás. Es la plaza de interino y el plan de pensiones, aborrecer tu oficio y enamorarte de la bachata. Es el deporte, la dieta saludable, y echarle la culpa al colchón cuando te levantas tieso cada mañana. Es la foto de boda en el mueble del salón, y es el reparto de los hijos cada quince días. Es la mamografía y el examen de próstata, pero también la revisión de la ortodoncia invisible. Tener cuarenta es comparar tu vida con los logros de los otros, pero asumiendo tu suerte y dejándote llevar como un caballito de mar. Es no tener miedo a la muerte, pero no querer que corra el tiempo. Es gustarte el sexo, pero no por encima de tu paz mental y del satisfyer. Es saber que llevas la razón y no necesitar demostrarlo, saber que te mienten, pero no decirlo. 40 es tú y usted, novato y experto, es valorar el tiempo real y el pretérito. Es hacer algo porque sí, sin la necesidad de encontrar el momento ideal. Es amor, desamor, declaración, perdón y reencuentro. Es regalar abrazos sin mendigar te quieros, y es no creer en Dios, pero mirando al cielo.
¿El ecuador de la vida?, pero ¡qué cojones! ¿acaso alguien sabe cuándo le toca morirse? Existen tantas crisis de los 40 como personas y realidades, y eso, ¡es una puñetera pasada! Es una etapa de infinitas posibilidades y maravillosas contradicciones, y si te enfocas con plenitud y energía, descubrirás que tus oportunidades no se agotan, solo se transforman.
19 comentarios en «La crisis de los 40»
Jajajaja . Sabía q no ibas a defraudar. Todo tan cierto q no hay un pero… Deseando q llegue el próximo
Jeje, muchas gracias compañera! me alegra que te haya gustado. En mi caso, la crisis de los 40 me pilla casi exactamente igual que la de los 30!
Un abrazo
La expresión “vaya pasada”, se quedaría corta… prodigioso y titánico.
Verse reflejado en tus palabras es tan ameno como terapéutico.
Mis dieces una vez mas, compañero
Muchísimas gracias compañero! Cero dramas, ¡larga vida al minoxidil!
Un abrazo
Tal cual, querido mío. No hay una edad para cada cosa, lo único que hay que tener son ganas y, cuando te dé la gana, hacerlas.
Totalmente Mª José, seguramente, esta reflexión me sirva también para la crisis de los 50.
Un abrazo!
Me identifico con todo lo que pones porque en la crisis de los 40 me pasó de todo!!!: me corté el pelo, me hice runner y me puse brackets!!! Ahora estoy casi en la de los 50…y creo que volveré a correr, me haré el laser en todo el cuerpo y viajaré a algún sitio muy lejos que sé que luego ya será difícil volver
Qué grande eres
Mil gracias amiga, no más que tú! Abrazo grande
Muchas de ls cosas que describes, son aplicables también a la crisis de los 50, o igual yo me siento como uno de 40!! La diferencia es que en la crisis de los 50 ya eres conciente de que le has dado la vuelta al jamón y te estás comiendo ya la parte canija…… pero la más sabrosa!!!! Enhorabuena!! Como siempre, muy acertado en tus reflexiones!!
Completamente de acuerdo Agustín, y si me apuras, te diría que también aplicable a la crisis de los 30, jaja. Me alegra que te haya gustado, muchas gracias por tu comentario. Que sigas SABOREANDO mucho la vida.
Será que se le asoman las orejas al lobo, que me siento hasta identificada en esa relación de contradicciones….
MARAVILLOSO
Se podría decir que la crisis de los 40 tiene un margen de cuatro por arriba y por abajo, así que, BIENVENIDA a este selecto y apasionante Club! jeje. Muchas gracias por tu comentario
Genial texto. Tal cual. Diferente y al mismo tiempo similar a la existencia de casi todos.
Bendita crisis poder cumplir años y al mismo tiempo mirar hacia delante con ojos llenos de ilusión y conocimiento. Siempre os llevaré ventaja en el DNI. Y no tengo ninguna gana de que “cojáis”
Grande Chirino!
Grande usted en todos los sentidos señor Carlos! Que sigamos muchos muchos años con salud persiguiéndote en el DNI! Gracias por comentar, abrazo fuerte!
Leche… Con casi 33 y con cosas en común con la crisis de los 40…. Que mal o que bien depende jajajajaja
Cómo siempre me encanta leerte y escucharte. Un abrazo.
Jajaja ya te digo Bea, lo bueno que lo que avances ahora, te sirve también para la de los 50! Un abrazo enorme, muchas gracias por pasarte por aquí!
Que alegría me da volver a leerte y descubrir que “no soy de otro planeta” y me veo reflejada como en un espejo en tus comentarios.
Me quedo con la frase que dices ” Valorar el tiempo real” y ” No querer que corra el tiempo”…por suerte le doy gracias a la vida por ser como soy, con más DNI que tú…jajaja… pero con una mente y un espíritu de 40.
Quiero hacer mucho y seguir aprendiendo mucho contigo.
Un cariñoso saludo
Más alegría me produce a mi leerte por aquí! Gracias como siempre por tu fidelidad y tus comentarios, me llena de orgullo poder aportarte cosas positivas! Sin duda, yo de mayor, quiero ser tan joven como tú.
Un fuerte abrazo