La Vida es como un Hosting

Siempre he sido ligeramente torpe para comprender conceptos informáticos y absolutamente incapaz de elaborar abstracciones con los mismos. Recuerdo que en el Instituto me explicaron que las computadoras funcionaban por medio de un sistema binario, almacenando datos y realizando cálculos utilizando solo ceros y unos, ¡What the fuck! Mi amigo Alcaparra es Ingeniero Informático. Recientemente lo nombraron trabajador del año en su Empresa, ¡es un crack! Es de estas personas que ven tan clara la informática y saben tanto de lo suyo, que te lo piensas muchísimo antes de presentarle una duda de su especialidad por miedo a parecer gilipollas. Cuando hace unas semanas trabajaba en la creación del blog, me vi obligado a plantearle un par de cuestiones que me resultaba imposible resolver por mí mismo. Os prometo que le di mil vueltas antes de hacerlo y habría puesto la mano en el fuego asegurando que eran dudas razonables. A mi pregunta, que no recuerdo exactamente, él me respondió con otra pregunta: “¿podría una acelga ser cognitiva?”, – me dijo Alcaparra. Viéndomelo venir, le contesté que a priori, se trataba de un suceso altamente improbable. Pues bien, me dijo que lo que yo le había preguntado, resultaba tanto o más absurdo.

En la informática, soy de pensar que todo está organizado para ir funcionando sin plantearme un por qué, y soy una apisonadora de aceptar cookies, actualizar plugins, repositorios, descomprimir y dar permisos como si el mundo se fuese a terminar mañana. Ha sido a propósito del After de Jotaeme, cuando he tenido un acercamiento más íntimo y humano con esta ciencia, descubriendo que, al fin y al cabo, la Vida es igual que un Hosting web.

Un HOSTING o alojamiento web, es el espacio donde se aloja un sitio web para que cualquiera pueda verlo en Internet.

Es decir, es como un espacio virtual prestado, donde podemos hacer cosas. Lo que viene a ser como el TIEMPO a la VIDA. Ni el hosting ni el Tiempo pueden verse ni tocarse, pero ambos son esenciales para que algo pueda existir. Ambos son alquilados y están sujetos a condiciones, el alojamiento te lo presta una Empresa virtual que eliges siguiendo criterios de oferta y demanda, y el tiempo lo tenemos gracias a “vete a saber”, unos se lo deben a Dios, otros al mono, a la panspermia… sea como fuere, también es prestado y pasa inapelable para todos.

Después está el termino Dominio web, que no es más que un nombre en internet para que otras personas puedan acceder al espacio virtual donde tenemos cosas (el Hosting). Haciendo una nueva analogía con la vida, es lo que el Nombre y Apellidos supone a nuestra persona física, uno se da de alta en el registro civil, el otro en WordPress, y a buen seguro, ambos suponen gastos por el simple hecho de sólo existir.

Ya tenemos Nombre y Tiempo, Espacio y Dominio, ahora depende de nosotros trabajar con los recursos disponibles para hacer de nuestra vida un lugar más óptimo y agradable. Es en este punto donde entran los Plugins, que son como unos programitas complementarios que, en principio, vienen a mejorar y facilitar el rendimiento de tu práctica en la web. Estos Plugins podrían ser a la informática como “las otras personas que conocemos” a la Vida. En mi caso, como decía unos párrafos más arriba, tanto en la vida como en la informática, soy de aceptar como primera respuesta, un exceso de buenas intenciones que en alguna ocasión me ha obligado a tener que lidiar con algún virus Troyano. Aun así, está en nuestras manos saber identificar a estas personas tóxicas, pasarles el antivirus, ponerlas en cuarentena, y no dejar que condicionen nuestra experiencia de navegación.

La vida y la informática pueden resultar experiencias maravillosas o frustrantes en la medida en que decidamos conciliar o pelear con ellas. En ambas podemos disfrutar de ocasiones en las que todo parece fluir por arte de magia, y en ambas habrá momentos en que las cosas irán mal porque si, sin explicación razonable, donde lo más útil y prudente a corto plazo puede ser Apagar y levantarnos al día siguiente.

Al final, nunca comprendí como era posible que un ordenador funcionase por un sistema de ceros y unos, pero sin darme cuenta, comprendí que cada etapa de nuestra vida está sujeta a la obsolescencia programada. Que no podemos aferrarnos a ciertas ideas y enfrentarnos a los problemas de la sociedad actual pensando como un Pentium 150. Que todo tiene sentido si atendemos al equilibrio natural de las cosas, y que no necesariamente es mejor o peor todo tiempo pasado, sencillamente es tiempo, y el tiempo es VIDA. Sin saber cómo, un buen día te ves comprimiendo experiencias y haciendo paquetitos zip con aquellas cosas que forman parte de ti, que no quieres perder, pero que tampoco merecen ocupar un espacio importante dentro de tu hosting actual. Haces también copia de seguridad para almacenar los problemas y movidas que te han sacudido fuerte, son archivos que quizás no vuelvas a consultar nunca, pero que sabes que están ahí, que en su día te enseñaron y que pueden ser revisados en caso de necesidad. Instalas cortafuegos y anti malwares para blindarte de amenazas externas, sin saber que muchas veces, los mayores Hackers para nosotros, somos nosotros mismos.

Posiblemente, este acercamiento íntimo a la ciencia de la informática no me haya servido para comprender mejor el lenguaje HTML, aunque de forma aleatoria pero algorítmica, me lleva de nuevo a la conclusión de que la Vida y su tráfico de datos son una maravilla. Por ello, en el tiempo que me pertenezca como arrendatario, sacaré todo el rendimiento posible al software que me corresponda, abriéndome a la experiencia sin miedo y rodeándome de gente como mi amigo Alcaparra, dispuesto a tenderme una mano cuando se me caiga el servidor.

Jose Manuel Chirino

Me Gusta (4 votos, promedio: 4,00 de 1)

Cargando...

Compartir

8 comentarios en «La Vida es como un Hosting»

  1. Solo te voy a decir una cosa… No dejes de escribir. A todos los que te leeremos nos sacaras una sonrisa. Y encima pensaremos… Eso ya… Jeje

    1. Muchísimas gracias Juanma, viniendo de un malabarista de las letras como tú, el reconocimiento tiene valor doble.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *